lunes, 9 de febrero de 2009

"PINO QUE CRECE VERTICAL"


“Perro verde, poesía azul” clamaba el cartel debajo del cual reposaba la sombra.

En cuatro patas, en el agua, comencé a gatear sin ahogarme, consiguiendo nadar al compás de mi cola con olas.
Salí a la superficie, dándome cuenta que no hablaba de mi, que quien reposaba su sombra no era yo.

La literalidad del inicio de estas líneas, eran metáforas sonantes, cantadas en mis oídos por jóvenes versión 23 (adelanto no casual, pero si causal).

Maduro reír, salido de las lágrimas junto a la soga de ahorque. Esbozo mi sonrisa, me entero que no hago el amor, que solo cojo en una cama semitibia, preparada para la ocasión.

La noticia me llega de boca ajena a mi boca, aunque su lengua entre a pasear de vez en cuando.

Mi corazón y mi sentir no se reconocen en esa afirmación inconclusa.

Hago el amor hasta con las carnes de mis dedos, rascando tu cuerpo, no oso de felpa. Peinando tus hilachas de juventud.
No sientes lo mismo, quién sabe cuándo y dónde.
El amor es de a uno, de a dos, de a multitudes.
Me cojo siempre para poder cogerte a vos, agarro mi deseo y los quiebro en mil más para compartirlos con tus pulsiones solitarias.
No coincido en lo que decís, en lo que pensas, por más que no tengas amor en tu acto actor, en el mío si lo hay y te lo brindo.

JUEGO DE BESTIAS, QUE SE COMEN HASTA DOLER, HASTA QUE LAS CARNES SE MANCHAN CON LUNARES PODRIDOS.

Febrero de 2004.

Fabio Risso.
(Texto perteneciente a "PINO QUE CRECE VERTICAL")))

No hay comentarios:

Publicar un comentario